La tijera cortando el aire
En las memorias de Ernesto Sábato, “Antes del fin”, el escritor argentino comenta que se llega a una edad en la cual no se espera a la muerte, se le cabalga con palabras. La obra “La tijera”, de Ernst Jünger, mezcla de breves ensayos, autobiografía y memorias, nos recuerda que ciertos autores, al llegar a una edad avanzada, suelen burlarse del tiempo. Jünger es uno de los escritores más relevantes de la Alemania del siglo XX, reconocido desde su primer libro “Tempestades de acero”, una serie de crónicas de la Primera Guerra Mundial.
Publicó correspondencia, novela, ensayo, literatura de viajes, filosofÃa, y un sinfÃn de artÃculos periodÃsticos. Motivo de su profunda reflexión y crÃtica de la movilización real de los individuos, como llamaba al pensamiento humano, es el libro “La tijera”, publicado en 1989, cuando su autor se acercaba a los 95 años, con enorme éxito en toda Europa.
Para Ernst Jünger la tijera es ese instrumento cuyo funcionamiento (y como cualquier objeto que tiene determinada finalidad), solo sirve para lo cual fue creado. En sÃ, el solo enunciado parece incauto, hasta vacÃo, pero el alemán logra extrapolar el concepto-idea en un brillante discernimiento sobre la funcionalidad del mundo, sus vibraciones internas, para usar sus propias palabras. En este caso, la tijera no solo sirve para cortar, podar: según el ángulo por el cual nos inclinemos (el camino), asà mismo el hombre borra y abandona lo que le pesa. La tijera no solo cercena o troza, sino que limpia a medida que va cruzando con su fuerza el corte. MÃnimos ensayos que van desde polÃtica, historia, filosofÃa, psicoanálisis, poesÃa, hasta fÃsica del estado sólido. Una tijera que recuerda en cierto sentido a otro libro de memorias: “Gratitud”, de Oliver Sacks.
En “La tijera”, Jünger nos regresa a su pasado, nos involucra como lectores: somos protagonistas. En determinado instante nos encontramos en el abismo de la Gran Guerra, y en el siguiente reconocemos a los dioses y titanes como los creadores de todo cuanto nos rodea. TeologÃa del caos, lo llamó Heidegger.
AquÃ, algunas sentencias de “La tijera”:
- Ante la poesÃa queda vencido lo imposible.
- Antes se creÃa que la marea alta y la marea baja se producÃan porque la Tierra respiraba. Es una bella imagen. Prefiero saberlo asÃ, y no que la luna y sus múltiples caprichos jalonan el mar.
- Hoy en dÃa los cañones le disparan a los gorriones.
- Se considera la velocidad de la luz como el máximo de los efectos fÃsicos, pero no llega a la velocidad del pensamiento.
- Asà como todavÃa escuchamos el eterno estallido del Big Bang, también podemos oÃr un leve estremecimiento cuando se abre un capullo y aparece la flor.
Impregnado de poesÃa, con un lenguaje simple pero poblado de simbolismo, “La tijera” es un libro que corrobora la importancia del autor alemán, testigo de un mundo que avanza, se detiene y respira.
*Reseña elaborada por Hellman Pardo, funcionario de la Biblioteca.
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