La fortaleza de carácter (1918 – 1933)

Si hay un término que define integralmente la personalidad de Don Diego, como le decían, ese fue el de “fortaleza de carácter”, que demostró en no pocos episodios de su vida, a partir del día de 1880 en que obtuvo el título de Doctor en Jurisprudencia en la Universidad Nacional con la calificación de "sobresaliente", al tiempo con Nicolás Pinzón Warlosten.

A finales del siglo XIX cuando se “cocinaba” la Guerra de los Mil Días, Diego Mendoza Pérez, estuvo siempre del lado de los viejos radicales y apoyó el ala pacifista de su partido, opción que lo alejó del jefe liberal Rafael Uribe Uribe, uno de los impetuosos animadores de la guerra, con quien se citó a duelo en diversas ocasiones.

Amplio conocedor de la historia diplomática y del caso Panamá, en 1905 fue designado por el General Rafael Reyes, como Ministro (Embajador) Plenipotenciario ante el gobierno de Estados Unidos, para procurar el arreglo de las cuestiones pendientes, tras la pérdida del mencionado departamento. Al año siguiente, por diferencias con el presidente Reyes fue destituido de su puesto y declarado ‘traidor a la patria’ por haber hecho públicos sus puntos de vista sobre las prioridades que deberían establecerse en las negociaciones. Debió expatriarse por cuatro años y en 1910, regresó al país después de haber sido rehabilitado por el Congreso de la grave acusación.

Su actividad intelectual fue tan heterogénea como incansable: escribió sobre lenguaje y literatura española; publicó un volumen acerca de la Expedición Botánica, con material novedoso obtenido en el Jardín Botánico de Madrid. Periodista en numerosos periódicos de su tiempo: El Relator, La Crónica, La Revista Nacional de Colombia, El Espectador y El Gráfico; rector de la Universidad Republicana, organizó la publicación de los últimos tomos del Archivo del General Santander.

En el Externado, dictó cátedras de Derecho internacional privado y Sociología, una disciplina que los liberales habían comenzado a difundir en el país en 1880, y que consideraban fundamental en la formación de un abogado, que debía conocer científicamente la realidad social en la que se inscribía su práctica profesional. Se recuerda a Mendoza Pérez como el autor del célebre «Ensayo sobre la evolución de la propiedad en Colombia».

Desde la rectoría del renacido Externado a partir de 1918, le correspondió a Don Diego defender la institución frente a intentos de constreñir su independencia: primero, se opuso a que la institución fuera incorporada a la Universidad Libre, un intento del jefe liberal Benjamín Herrera de afiliar la educación superior al partido. En otra ocasión, se enfrentó a Enrique Olaya Herrera quien había propuesto crear una gran universidad pública en desmedro de una privada como era el Externado.

Dos hechos ocurridos en este período son demostrativos del espíritu pionero del Externado, en materia de educación superior. Primero, la creación de un programa de Extensión universitaria y, luego, el establecimiento de la participación estudiantil efectiva en el gobierno de la Universidad.

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