Estructura del LINAE
Para cumplir con los fundamentos, propósito, visión y objetivos del LINAE se establecen cinco grandes campos de desarrollo que se ocupan de la discusión académica, del diseño, producción (pedagógica, académica, técnica y tecnológica), oferta, prestación y venta de servicios.
- Georreferenciación y elaboración de cartografÃa básica y temática
- Análisis Espacial con Sistemas de Información Geográfica,
- Análisis de relaciones entre sujetos, representaciones espaciales, prácticas y lugares
- Análisis de conflictos territoriales
- Análisis de relaciones sociedad-naturaleza
Estructura del Laboratorio Interdisciplinar de Análisis Espacial
En principio estos grandes campos dan cuenta de las tres grandes perspectivas de concepción del espacio discutidas antes, la neopositivista, la de la teorÃa social crÃtica y la fenomenológica. En principio se tendrÃan tres grandes campos, aunque en la división es difÃcil establecer lÃmites rÃgidos. AsÃ, el conjunto de técnicas matemáticas y estadÃsticas aplicadas al estudio de los datos distribuidos sobre el espacio geográfico, ni riñen con las ideas de sistemas de objetos y sistemas de acciones, de flujos y fijos propios de la conceptualización de Milton Santos, ni tampoco con la idea de la trilogÃa concebida por Henri Lefevbre para abordar la producción social del espacio e integrada por las prácticas espaciales, las representaciones del espacio y los espacios de representación. Al mismo tiempo, la georreferenciación y de las representaciones cartográficas convencionales siempre han ocupado un lugar de privilegio en el análisis espacial. Al fin de cuentas son la primera respuesta a las preguntas básicas del análisis espacial. ¿Dónde queda algo? (localización absoluta) ¿qué hay en un sitio especÃfico? (la pregunta inversa, equivalente a preguntarse por los atributos de un sitio) y ¿dónde quedan unas cosas con respecto a otras? (localización relativa). Por último, los análisis del medio biofÃsico y sus interrelaciones con la sociedad son tema de una gran relevancia, que bien merecen no ser considerados como simples objetos, siguiendo la propuesta de Bruno Latour (2007) de reconocer la capacidad de agencia de lo no humano, y aun, de lo inanimado.