COVID-19 y las pequeñas empresas de Estados Unidos: ¿qué podemos aprender?

Las pequeñas empresas son parte esencial de la economía estadounidense, de manera que su crisis pondrá a tambalear la economía mundial.

En los últimos meses, la economía de varios países se ha desacelerado como consecuencia de las medidas que se han tomado para evitar la propagación de la COVID-19, y Estados Unidos no ha sido la excepción.

De acuerdo con los pronósticos del Conference Board, la economía estadounidense va a contraerse, respectivamente, en 3,8 y en 29 por ciento los dos primeros trimestres de este año.

Uno de los sectores que más va a perder durante la emergencia son las pequeñas empresas, es decir, las que cuentan con menos de 500 empleados. Son varios los interrogantes sobre el futuro de este sector, y el de la economía estadounidense en general:

  • ¿Cuánto tiempo van a tardar las pequeñas empresas en recuperarse de esta crisis?;
  • Si las empresas pequeñas fracasan, ¿cuánto se afectaría la economía de Estados Unidos?;
  • ¿Cuánto tiempo podría tardar la primera economía del mundo para recuperarse y volver a impulsar el crecimiento de países que- como Colombia- dependen tan estrechamente de aquella fuente?

La importancia de las pequeñas empresas

Las pequeñas empresas tienen un peso muy importante en la economía estadounidense:

  • Sus ventas totales representan un 44 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB);
  • Hay aproximadamente 30 millones de pequeñas empresas en Estados Unidos, que equivalen al 99 por ciento del total de establecimientos comerciales;
  • El 38 por ciento del empleo proviene de estas pequeñas empresas. Si se ven específicamente las empresas privadas, las pequeñas empresas aportan el 49 por ciento del total de empleo.

Por todo lo anterior, si las pequeñas empresas fracasan a causa de la pandemia, la economía de Estados Unidos también va a fracasar.

Las cifras de la crisis

En la primera semana de abril se confirmaron han confirmado más de 320.000 contagiados en Estados Unidos, de modo que este país sigue teniendo el mayor número de enfermos de COVID-19 en el mundo. El número de infectados se está duplicando cada dos o tres días, mientras que por ejemplo en Japón esta cifra se duplica cada semana y media.

Aun si el gobierno de Trump adoptara hoy mismo medidas serias de confinamiento obligatorio en todo el territorio nacional, el número de casos de COVID-19 no vería su máximo en menos de 60 días.

Este hecho va a poner en jaque a las pequeñas empresas, especialmente las que tienen contacto físico con el cliente, porque no van a poder vender sus bienes o servicios y van a entrar en problemas de solvencia.

Este problema no va a solucionarse de raíz sino cuando la vacuna contra la COVID-19 esté al alcance de todos. Algunos expertos afirman que la vacuna, que ya empezó a experimentarse en seres humanos, tendrá sus resultados finales entre septiembre y diciembre de 2020 y que podría tardar entre doce y dieciocho meses para estar disponible en el mercado.

Por lo tanto, todo indica que las pequeñas empresas estadounidenses no verán una recuperación real antes del segundo semestre de 2021.

La economía después de la COVID-19

La recuperación de la economía estadounidense podría empezar a verse seis meses después de que acabe la crisis.

Esta recuperación será posible si se sostiene la confianza de los consumidores y de los inversionistas. De esta manera, el resurgimiento del consumo interno y la inversión real podrán jalonar el crecimiento del PIB, el cual podría retornar a niveles del dos al tres por ciento anual como venía sucediendo antes de la crisis.

Todo indica que las pequeñas empresas estadounidenses no verán una recuperación real antes del segundo semestre de 2021.

Las empresas no podrían recuperarse sino hasta 2022

Este estimativo difiere del que hace el Conference Board de Estados Unidos, para quien la recuperación de la economía vendrá a partir del cuarto trimestre de este año, con un crecimiento del 18,5 por ciento.

Estados Unidos tiene la ventaja de que su orientación exportadora no es muy alta. Esto significa que el peso relativo de las exportaciones sobre el total del PIB no es alto, pues representa un 12 por ciento anual.

De la cifra anterior, solo el 11 por ciento es aportado por las exportaciones del sector turismo y aviación, que ha sido uno de los más afectado por la crisis. Después de la crisis, va a pasar un tiempo para que la confianza retorne a los turistas internacionales y viajen de nuevo a Estados Unidos.

La recuperación de Estados Unidos va a ser relativamente rápida en comparación con la de otros países, especialmente algunos europeos como Francia y España, los cuales tienen una alta dependencia de las exportaciones por turismo.

Es hora de ver a los estadounidenses unidos en esta crisis sin precedentes. Es necesario que ejerzan más presión para que su Gobierno tome las medidas correctas. Nunca será tan tarde para reaccionar y evitar la peor crisis económica y social en la historia de ese país.

Por Andrés Camacho y Ómar Vanegas
Investigadores de la Facultad de Economía

*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia.

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