Monumento en memoria de los Externadistas víctimas en el Palacio de Justicia y del Narcotráfico
Con la columna trunca y el jardín memorial se busca contribuir a la memoria de los funcionarios que dieron su vida por la defensa de la justicia.
Su memoria siempre será para los Externadistas, el símbolo de la luz que no muere, como la llama que hoy encienden sus seres queridos.
El seis de noviembre de 1985 se partió en dos la historia de Colombia. En 28 horas el Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema y el Consejo de Estado, quedó reducido a escombros por los violentos combates entre Ejército y guerrilla del M-19. Han transcurrido 36 años, la deuda con los familiares de las víctimas continúa, los procesados no han dicho toda la verdad y el proceso judicial ha tenido pocos avances; estos hechos se han convertido en una deuda histórica de la justicia. Esa misma justicia que muchas de las víctimas defendieron, representaron y por la que ofrendaron su vida durante la época del narcoterrorismo en el país.
Es un día para recordar a nuestros externadistas: Alfonso Reyes Echandía, Carlos Medellín Forero, Manuel Gaona Cruz, Fabio Calderón Botero, José Gnecco Correa, Emiro Sandoval Huertas, Ricardo Medina Moyano y Darío Velásquez Gaviria, Rodrigo Lara Bonilla, Hernando Baquero Borda, Carlos Ernesto Valencia y Enrique Low Murtra.
En honor a estos defensores de la justicia, la Universidad construyó un monumento que representa la individualidad de la lucha de cada externadista y su huella imborrable para la consolidación de la democracia en nuestro país. La develación de la columna trunca y el jardín memorial la hizo el rector del Externado, Hernando Parra Nieto, quien estuvo acompañado de Susana Becerra de Medellín, Amelia Mantilla, Nancy Restrepo y Susana Sampedro de Baquero, en representación de las familias de las víctimas.
Al respecto, el rector del Externado, Hernando Parra Nieto, exaltó la contribución de los externadistas en la construcción académica y de país,
todos los profesores que hoy rememoramos, ofrendaron su vida habiendo conservado, como eje de ella y hasta su último instante, unos principios que han de inspirarnos a todos los externadistas en la práctica permanente de nuestras propias vidas: la rectitud en la conducta pública y privada, la devoción por el servicio a los demás, y la entereza en la expresión del carácter. Al hacerlo, no solo estaremos honrando su memoria, sino también estaremos transmitiendo a nuestros conciudadanos, estudiantes, y por estos últimos a las nuevas generaciones, un sólido referente para edificar una sociedad mejor.
Y puntualizó en que el monumento es un homenaje a su legado, a todos ustedes, recordados profesores, queremos decirles que este jardín memorable y los elementos que lo acompañan simbolizan nuestra gratitud por sus lecciones, por el obsequio de sus consejos, por su aporte a la Universidad y por el ejemplo de sus vidas, expresó el rector del Externado, Hernando Parra Nieto.
Así mismo José Félix Chamié, quien habló en representación de los profesores que han seguido el legado de los maestros, señaló hace 36 años la maniaca entelequia de la maldad, de la ilegalidad, de la intolerancia, de la absurda violencia, las manos asesinas, pero también la indiferencia y irresponsabilidad del Estado, nos arrebató vidas ejemplares, plenas de viveza, de claridad, de rigor, justicia y verdad; apagó rostros que representaban la bondad de los propósitos que tanto necesita nuestra sociedad y humanidad, bondad ejemplo para tantos, para muchos, para todos nosotros. Precio superior pagado con la sangre de los mártires, precio que debemos estar siempre dispuestos a pagar, para su ejemplo de entrega total a la libertad y La Paz.
Finalmente María Alejandra Díaz, estudiante de la Facultad de Derecho, exaltó el legado de los profesores,
el reconocimiento que nos trae aquí el día de hoy evoca en mí y en mis compañeros el espíritu externadista, propio de una Universidad que surge en la época de la Regeneración como un laboratorio de ideales democráticos y liberales, cultivador de verdades y defensor de la justicia. Gracias a los queridos maestros que forjaron en nuestra Casa de Estudios y en sus estudiantes un ideario científico, interdisciplinario y humanista, valores que deben mantenerse en el presente y del que fueron notables representantes nuestros profesores homenajeados».
La columna trunca y el jardín memorial
El artista Fernando Grisales y el grupo de investigación integrado por las profesoras Yolanda Sierra León, Emilssen González de Cancino y el egresado Oscar Carvajal, señalaron que el jardín memorial emplazado en sitio central de la Universidad, aloja cuatro elementos de gran significado: una columna trunca, una llama, una fuente y una placa con los nombres de los profesores.
La columna trunca tiene una gran tradición en toda la historia de la civilización humana, desde los egipcios ( ) Por una parte simboliza la fuerza, estabilidad y firmeza que sostiene al mundo, nuestro mundo. Pero también, memoria del ausente, del caído; que se recuerda a través de la herida, para dar sentido a un compromiso con su legado, para que su luz nunca se extinga (Lux Non Occidat).
Así, se asemeja la columna trunca a la técnica de reparación artesanal japonesa, el Kintsugi, la cual consiste en reparar lo dañado embelleciéndolo, a partir de recordar la cicatriz y la herida: Toda columna es un símbolo axial, por lo tanto, conecta la Tierra con el Cielo, lo de abajo con lo de arriba. Y que esté rota nos indica que alguna vez, en un punto primordial, esta conexión estaba intacta.
La escultura nos recuerda metafóricamente la columna trunca griega evocando lo sublime, lo inacabado, la luz que no se extingue; Se trata de una obra cubista de ángulos agudos que representa la solidez de la Universidad y de la justicia.
Por su parte, cada una de las piedras irregulares que la constituyen, con sus colores, sus texturas naturales, su composición orgánica de material sencillo, amable pero resistente, simboliza la individualidad de la lucha de cada externadista, en la defensa irrestricta y sin ambigüedades por la justicia.
Un homenaje para la eternidad
En desarrollo del homenaje a nuestros externadistas estuvo acompañado por el Grupo de Cámara Félix Morgan. Este Grupo fue invitado desde Cali, para su primera presentación en Bogotá.
Interpretaron una obra clásica: Concierto de Brandenburgo #3 . 1er movimiento, de Johan Sebastian Bach. Todo un homenaje a la eternidad. Y dos colombianas: La primera de la región Andina a la que pertenecían la mayor parte de nuestros externadistas inmolados: El bambuco Bochica, del maestro Francisco Cristancho. Y la segunda, un himno del Tolima Grande, la tierra natal de otros de nuestros profesores: El Bunde Tolimense del maestro Alberto Castilla.