El impacto de las decisiones políticas sobre el Parque Arqueológico Teyuna – Ciudad Perdida

Catalina Bateman, directora del programa de Conservación y Restauración de bienes Muebles del Externado atribuyó a la guerra la responsabilidad de la transformación que a lo largo de los años ha sufrido este parque arqueológico que, a la vez, es reserva natural.

Bateman, quien desde 2010 participa en un proyecto de recuperación del parque, fue invitada por la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, en el marco del ciclo de conversatorios “Turismo y Posconflicto”.

Hace más de cuatro décadas se descubrió lo que sería el Machu Picchu colombiano: el Parque Arqueológico Teyuna – Ciudad Perdida, un lugar ubicado en la Sierra Nevada de Santa Marta rodeado de montañas, fauna, flora y con una vista privilegiada hacia el mar Caribe. Un lugar casi desconocido para los turistas hasta hace muy poco.

Sin embargo, los cambios culturales, las decisiones políticas y el conflicto armado que por años se vivió en nuestro país, hicieron que muchas de las características del acervo arqueológico y del ecosistema natural hayan sufrido cambios drásticos. Por ello, al día de hoy, solo se conserva un 15 por ciento de las riquezas originales, según la conferencista.

En su charla titulada “Los efectos del conflicto armado en el Parque Arqueológico Teyuna – Ciudad Perdida”, la experta informó que el proyecto de recuperación cuenta con el apoyo del Estado, del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, el Global Heritage Fund y la Fundación de Investigaciones Arqueológicas y Ambientales Tayrona. El trabajo se concentra en Ciudad Perdida y sus edificaciones que datan de los siglos V y VI d.C.

La conferencista se refirió a las comunidades indígenas que habitaron allí, que fueron desapareciendo a lo largo de los siglos, con la llegada de los españoles y la aparición del conflicto armado. Los paramilitares se apropiaron de tierras en los años 80 mediante la violencia y el terror contra los habitantes, campesinos e indígenas.

En el 2006, el entonces presidente Ãlvaro Uribe ordenó presencia militar en Ciudad Pérdida, lo que condujo a la modificación de las construcciones originales que, como es obvio, pusieron en riesgo los patrimonios natural y arqueológico.

Según informó la invitada, actualmente está establecido un lugar específico para el batallón de alta montaña cuyos integrantes han recibido formación sobre la conservación del sitio arqueológico y natural y han sido sensibilizados sobre su valor incalculable para los colombianos.

L’impact des décisions politiques sur le Parc Archéologique Teyuna – Ciudad Perdida

Catalina Bateman, directrice du programme de Conservation et de Restauration des Biens Meubles de l’Externado a affirmé que la guerre est responsable des transformations subies au cours du temps par ce parc archéologique, qui est en même temps une réserve naturelle.

Mme Bateman, qui participe depuis 2010 à un projet de récupération du parc, a été invitée par la Faculté d’Administration des Entreprises Touristiques et Hôtelières, à participer au cycle de conférences « Tourisme et après-guerre ».

Il y a plus de 40 ans, on a découvert l’équivalent colombien de Machu Pichu : le Parc Archéologique Teyuna – Ciudad Perdida, un endroit qui se trouve dans la Sierra Nevada de Santa Marta, entouré de montagnes, de faune et de flore et avec une vue privilégiée sur la mer Caraïbe. Un lieu presque inconnu pour les touristes jusqu’à il y a très peu de temps.

Cependant, les changements culturels, les décisions politiques et le conflit armé qui a duré des années dans notre pays, ont provoqué des changements radicaux sur l’héritage archéologique et sur l’écosystème naturel. Pour cette raison, actuellement seulement 15% des richesses originales sont conservées, selon l’invitée.

Pendant sa conférence intitulée « Les effets du conflit armé sur le Parc Archéologique Teyuna – Ciudad Perdida », Mme Bateman a expliqué que le projet de récupération a le soutien de l’État, de l’Institut Colombien d’Anthropologie et d’Histoire, du Global Heritage Fund et de la Fondation des Recherches Archéologiques et Environnementales Tayrona. Le travail se centre sur la Ciudad Perdida et les édifications qui datent du Vème et du VIème siècles après J-C.

Elle a parlé des communautés indigènes qui y ont habité et qui ont disparu au cours du temps, avec l’arrivée des espagnols et le début du conflit armé. Pendant les années 80, les paramilitaires ont pris possession utilisant la violence et la peur contre les habitants, les paysans et les indigènes.

En 2016, Alvaro Uribe, président de la République à l’époque, a demandé une présence militaire dans la Ciudad Perdida, ce qui a provoqué des modifications des constructions originales et de manière évidente, les patrimoines naturels et archéologiques ont été mis en péril.

Selon l’invitée, actuellement il existe un endroit particulier pour le bataillon de haute montagne, dont les membres ont été formés par rapport à la conservation du site archéologique et naturel et sensibilisés sur la valeur inestimable de cet endroit pour les colombiens.

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