La devolución del IVA no es una política redistributiva eficiente para Colombia

Para expertos y académicos, la reforma tributaria que impulsa el Gobierno no es estructural, ni integral ni progresiva. Preocupa la brecha de desigualdad.

Mientras el Gobierno busca aprobar en el Congreso la reforma tributaria, hoy llamada Ley de Crecimiento Económico, diversos sectores cuestionan los efectos que el articulado tendría no solo en la competitividad de las empresas, sino también en los altos niveles de desigualdad en el país.

Después de aplicar un modelo de microsimulación de impuestos y transferencias, el Observatorio de Desarrollo y Política Social (ODEPS) de la Universidad Externado de Colombia, encontró que el costo fiscal estimado de la devolución del IVA –uno de los puntos más discutidos de la reforma-, es de $2,18 billones al año, sin embargo, sus efectos distributivos y costos administrativos varían de acuerdo a su implementación.

“Si cada hogar elegible para la devolución recibe una transferencia por el valor exacto que pagó en IVA, necesariamente los hogares con más ingreso dentro de los pobres recibirán un monto mayor que aquellos aún más pobres”, explicó Federico Corredor, investigador de ODEPS.

En contraste, si alternativamente con el mismo presupuesto se entrega un monto fijo por hogar, estimado por el modelo de microsimulación en $43.300 mensuales, la política sería ligeramente más redistributiva y con menores costos de administración.

Otro aspecto que preocupa a los académicos es que el Gobierno no está en capacidad de identificar el monto a transferir, si se pretende devolver exactamente lo que el hogar pagó, mientras que con programas como (Más) Familias en Acción o Colombia Mayor, el Estado ya llega a 2.5 y 1.2 millones de hogares de bajos ingresos, por lo que buena parte de la infraestructura para hacer efectivo el pago de la devolución del IVA o programas de transferencias similares ya está en su mayoría en pie.

Dado que en ambos escenarios la transferencia no es focalizada, el efecto sobre desigualdad y pobreza es bastante reducido: en el mejor escenario, el coeficiente de Gini de ingresos se reduce de 0.584 a 0.576, la pobreza pasa de un observado de 30,7% a 28,4% y la pobreza extrema disminuye de un 11,5% a un 9,7%.

“El resultado en reducción de la brecha de pobreza, es decir la distancia para superar la línea de pobreza, no es homogéneo, como es de esperarse: mientras para el 10% de los hogares originalmente pobres, pero de ingresos más altos, la brecha de pobreza se cierra casi completamente, para los hogares en pobreza extrema la brecha se cierra solo un 9%, en el mejor escenario”, señala el documento de ODEPS.

“Sería mejor que el Gobierno estructurara seriamente y con calma sus iniciativas, no que éstas sean producto de la improvisación y de la presión por mostrar empatía en medio del descontento popular”, agregó el investigador.

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