Relación entre docencia, investigación y extensión

La docencia, la investigación y la extensión configuran los tres componentes básicos del trabajo académico en un programa de educación superior. La exigencia de armonizar equilibradamente tales componentes en el programa de comunicación se expresa en la perspectiva de entender la docencia como una actividad intelectual transformadora que utilizando el medio que le es propio, es decir el contenido y la cientificidad de las ciencias sociales y del campo académico de la comunicación y la cultura, potencia a los miembros de la comunidad académica de la Facultad para actuar en función de intervenir una esfera estratégica de la sociedad actual: la de la cultura ciudadana. Considera la Facultad que éste propósito define con claridad su principal tarea de extensión: contribuir desde su saber y su quehacer, en la construcción del tejido social de una comunidad culturalmente democrática.

Consecuente con ello y estando la naturaleza de la comunicación indisolublemente ligada a sus particularidades culturales, en permanente transformación y sometidas a múltiples influencias y contactos, es fundamental posibilitar en el comunicador una mirada amplia e integral, dispuesta a incorporar de forma permanente los continuos cambios que enfrenta el campo de la comunicación. Algunos de esos cambios tal vez los menos dramáticos, son inducidos por la actualización de las tecnologías; los otros, los más relevantes y duraderos, por la transformación en los patrones de la interacción y las relaciones sociales y por las formas de apropiación del conocimiento y de la información culturalmente significativa.

Así, la tarea de la interpretación cultural se convierte no sólo en una tarea permanente del comunicador. Es el punto de partida de su actuación profesional responsable. Igualmente, el elemento que articula, en el programa de formación externadista, la docencia con la investigación y la extensión:

Con la investigación, al configurar el telón de fondo y el enfoque desde el cual se busca respuesta a los múltiples interrogantes que surgen de la transformación y las particularidades del proceso de comunicación y de las funciones que asume la información en la sociedad del conocimiento, y que nos competen y nos afectan en la medida de las dinámicas económicas, políticas y sociales que se generan como resultado de la globalización.

Con la extensión, por una parte, al orientar la preocupación de las actividades a generar espacios que posibiliten el encuentro de la academia con otras formas culturales, especialmente las variadas y muy numerosas expresiones de la cultura popular, tradicionalmente alejadas de la Universidad. Por la otra, al extender a otros actores sociales, en particular a quienes comparten el entorno geográfico-social externadista, acciones de formación tendiente a desarrollar sus competencias expresivas y de comprensión de nuestra diversidad cultural.
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