Dinmicas poblacionales en las metrpolis latinoamericanas a la luz de la movilidad espacial

Thierry Lulle[1]

Docente investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Externado de Colombia, director del rea de investigación: “Procesos sociales, territorios y medio ambiente”, Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social, CIDS.

Mientras la población mundial alcanza los 8.000 millones de personas, desde hace más de veinte años, la mitad de ellas vive en ciudades, y desde entonces la tasa de urbanización no ha dejado de crecer. A escala mundial, América Latina se distingue por un proceso de urbanización que es simultáneamente rápido, reciente, intenso (la tasa de urbanización es la misma de los países del Norte, muy por delante de la de los otros países del Sur) y concentrado (que uno de cada tres latinoamericanos vive en una ciudad de más de un millón de habitantes). Las más grandes ciudades latinoamericanas como Bogotá han entrado en una nueva fase de desarrollo. Su peso relativo en la población urbana nacional ya no aumenta. El crecimiento demográfico rápido, alimentado por el éxodo rural, fue substituido por un crecimiento más moderado cuyo movimiento natural se ha convertido en su principal motor. Los flujos migratorios se han hecho más complejos. La inmigración interna que se dirige hacia las muy grandes ciudades es hoy predominantemente de origen urbano, aunque la emigración rural no ha desaparecido; igualmente son numerosos los flujos inversos, que salen de estas metrópolis. De la misma manera, la migración internacional evoluciona: hoy en día tiene que ver también con categorías de población capaces, económica y culturalmente, de estructurar sistemas y redes circulatorias a escala internacional. El carácter reversible o circulatorio de los flujos internacionales, muy sensibles a la coyuntura económica, se convierte en un componente esencial del funcionamiento de las metrópolis. Finalmente, las migraciones internacionales interactúan con las movilidades residenciales intra-metropolitanas y los desplazamientos cotidianos para constituir conjuntos metropolitanos particularmente móviles.

En tal contexto demográfico, económico y político ¿Cuáles son hoy los principales cambios que afectan las configuraciones socio-espaciales de las metrópolis de América Latina? ¿Cómo evolucionan el poblamiento, las divisiones sociales de los espacios urbanos y las desigualdades territoriales? ¿Ciertas prácticas de movilidad espacial o ciertas políticas públicas contribuyen a acelerar los cambios o, por el contrario, a resistir contra ellos? Y más precisamente ¿Cómo se insertan los migrantes en la ciudad? ¿Cómo los habitantes acceden a la vivienda y por qué cambian, o no, de vivienda? ¿Cómo se caracterizan actualmente las desigualdades de movilidad cotidiana? ¿Qué cambios están ocurriendo en los centros? ¿Cómo se alojan las clases populares en las periferias?

Para responder a estos interrogantes y tratar de entender el modelo de metrópoli que se implanta en Latinoamérica en los inicios del siglo XXI, un equipo de investigadores latinoamericanos y franceses, al cual se vinculó nuestro grupo de investigación: “Procesos sociales, territorios y medio ambiente”, más precisamente su línea “Dinámicas y representaciones de lo urbano”, desarrolló el programa de investigación METAL (Metrópolis de América Latina en la mundialización: reconfiguraciones territoriales, movilidad espacial, acción pública) en la segunda mitad de los años 2010. La investigación se centró en la movilidad espacial para analizar las mutaciones territoriales. Se entendió la noción de movilidad espacial como el conjunto de los desplazamientos en el espacio geográfico, de individuos o de grupos de individuos, independientemente de la duración y la distancia de dichos desplazamientos. El término de movilidad espacial incluye, pues, a la vez: la movilidad cotidiana (desplazamientos de la vida diaria, ordinaria); la movilidad residencial intra-metropolitana (cambios de vivienda al interior de una metrópoli); la migración interna (otros cambios de residencia, entre dos unidades administrativas del país, desde o hacia la metrópoli, o entre unidades espaciales exteriores a esta); y la migración internacional (cambios de residencia de un país a otro).

Por otro lado, se procedió a una comparación entre tres metrópolis de América Latina: Bogotá, Santiago de Chile y São Paulo. Las tres metrópolis escogidas hacían parte de las siete ciudades de América Latina con más de cinco millones de habitantes en 2000. Presentan particularidades interesantes, en términos de tamaños de las metrópolis (una megalópolis con cerca de 20 millones de habitantes y dos muy grandes ciudades que contaban con entre 6 y 8 millones de habitantes), de contextos políticos y económicos nacionales, de evolución de flujos migratorios internos e internacionales, y de posicionamiento en los sistemas migratorios así constituidos. Además, esta muestra presenta el interés de reunir ciudades “ligadas” entre ellas por la migración internacional al interior del continente en las últimas décadas. Finalmente, estas tres metrópolis ofrecen un panorama interesante en materia de circulación de modelos de gobernanza metropolitana y de difusión de las políticas de vivienda y de transporte.

La comparación se realizó a través de una metodología innovadora que se aplicó, de manera idéntica, en las tres metrópolis, lo cual permitió generar datos estrictamente comparables. En cada ciudad se combinaba: un análisis a escala metropolitana, basado en la explotación de la información existente (los dos últimos censos disponibles y, más puntualmente, encuestas origen-destino); y estudios de casos en barrios, que son ilustrativos de los cambios urbanos actuales, donde fueron realizadas encuestas a través de cuestionarios y entrevistas en profundidad a los habitantes sobre sus prácticas de movilidad espacial, desde lo cotidiano hasta lo biográfico. Por otra parte, entrevistas en profundidad fueron realizadas a una muestra de emigrantes en Europa, en tres ciudades europeas sobre las cuales el equipo de investigadores tenía una experiencia de investigación importante. Los cambios urbanos son aprehendidos tanto a escala metropolitana como a nivel de los barrios por las evoluciones entre observaciones transversales (los censos), mientras que las movilidades espaciales se estudiaron a través de encuestas con una perspectiva biográfica. A ambos niveles, el de la metrópoli y el de los barrios, la relación entre la dinámica de los lugares y la de los habitantes estaba en el centro de la estrategia metodológica: los recorridos migratorios, las trayectorias residenciales y las movilidades cotidianas, se desarrollan en territorios metropolitanos en movimiento que estos fenómenos contribuyen a transformar, en interacción con la gestión pública y las intervenciones del sector privado.

Del proyecto de investigación deriva una obra colectiva publicada primero en francés, cuyos editores son Françoise Dureau, Thierry Lulle, Sylvain Souchaud y Yasna Contreras; reúne diez capítulos escritos por veintidós autores. Luego la traducción al castellano ha sido publicada por la Universidad Externado de Colombia en 2015 bajo el título: Movilidades y cambio urbano. Bogotá, Santiago y São Paulo. Se encuentra disponible en línea en la biblioteca digital de nuestra Universidad. Después de la presentación de la metodología y los contextos, se aborda la evolución de los procesos de poblamiento, con pérdida de población del centro, expansión de las nuevas periferias y densificación de los espacios ya urbanizados; luego, la evolución de la intensidad y de las escalas de la segregación residencial desde la década de 1990. Enseguida, se presentan las diferentes formas de movilidad espacial y sus efectos socio-espaciales y, al final, las dinámicas propias de los espacios centrales y las periferias populares.


[1] Docente investigador de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Externado de Colombia, director del área de investigación: “Procesos sociales, territorios y medio ambiente”, Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social, CIDS.